domingo, 17 de enero de 2010

¡Despiértate para la batalla!


Hay una narrativa interesante que ayudará entender el cuidado que debemos tener en la batalla espirtual contra el enemigo.
Se cuenta de un rey que partió para una batalla, y uno de sus súbitos encargados de prepararle el caballo, no observó que en una de las herraduras faltaba un clavo. En plena batalla, la ausencia de aquel pequeño clavo hizo que la herradura se soltase.
El perjuicio fue grande: el caballo piso en falso y el rey acabó cayendo del caballo. Con la caída, él murió y el ejército, desorientado, perdió la batalla. A base de este episodio surgió el refrán; “Por un clavo, se perdió una herradura; por una herradura, un caballo, por un caballo; un rey, por un rey una batalla; por una batalla, una guerra; y por una guerra se perdió un reino.”


Debemos entender de no dar lugar al Diablo en nuestra batalla espiritual. Cualquier detalle, por pequeño que sea, puede ser fatal, el cristiano debe luchar en la vida cristiana y vencer las tentaciones que puedan ofrecerse del mundo.
En la bilbia vemos que vivimos en una lucha constante en la vida cristiana, no es tan sencillo como creemos, Pablo menciona que el tenoa luchas espirituales en su vida,

Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.
Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes.
Para ganar la batalla, se debe vivir bajo la soberanía espiritual de Dios, en cuerpo alma y espíritu del hombre, Pablo no se valía de armas carnales sino divinas. Su ministerio siempre se desarrollaba en el poder del Espíritu. Toda y cualquier batalla requiere preparación y estrategia, nadie se lanza a una lucha sin prepararse.

lunes, 11 de enero de 2010

Julissa Matias Flores
Ministerio de Jóvenes

Comencé el Ministerio con Jóvenes hace 3 años, con muchos cosas por aprender cada día, pero Dios siempre ha usado mi vida para poder dar a otros.
La macro se comenzó con muchos cambios, asumí el liderazgo, teniendo una edad minina a comparación de los líderes que ya estaban, fue momentos de desafío y confianza en Dios, había muchas cosas que no sabía pero Dios me dio la palabra y sabiduría para poder guiar al grupo.
Un pasaje que queda marcado en mi vida y en búsqueda personal con Dios:


“He aquí tu amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”
Sal 51:6

Donde haya verdad, Dios dará sabiduría, es así como Dios ha ido levantando y ordenando el grupo.

- El grupo ha tenido una serie de transformaciones, muy fuertes y también con mucha bendición.
- Actualmente tenemos 12 células, tenemos un equipo de muy jovencitos tenemos mucha carga por esta generación que se está levantando con mucha necesidad de Dios.


La visión para este año:

- Predicar el evangelio de Jesús, con las característica s en las que los jóvenes se mueven:
Universidades, institutos, parques, losas, viajes misioneros
- Que cada joven viva genuinamente el carácter de Cristo y lo refleje en su vida cristiana.
- Tener células edificadas en la palabra, oración y servicio.
- Que cada joven tenga la conciencia y compromiso de ofrendar y diezmar.
- Que cada líder puede reproducirse en otros y así levantar más jóvenes apasionados por Dios.


Mi visión personal:
- Buscar una vida de adoración que agrade cada día mas a Dios
- Desarrollar una disciplina espiritual, en oración en palabra y en mi vida de servicio.
- Emprender grandes cosas: Mi carga no es solo con algunos jóvenes es con toda una generación, que una vida sea la salvación de muchos.
- Desarrollare mi llamado con las misiones, a través de relacionarme y contactarme con iglesias que necesiten apoyo y preparación en nuevos líderes jóvenes.
Hay lugares donde mi corazón arde por compartir: Pucallpa, Iquitos, Huánuco, Arequipa y donde Dios me ilumine en el camino.


El Trabajo para Dios no es sencillo, demanda de mucha entrega de mucha pasión, no dejemos pasar el tiempo, levantémonos a impactar a jóvenes. Sembremos y multipliquemos y llevemos mucho Fruto , el fruto de Dios que permanece